Extranjerismos
Angélica Plata |10 de marzo de 2025

La lengua española, así como las demás lenguas, desde siempre ha adoptado algunos términos provenientes de otras regiones; puesto que, por una u otra razón, se comienzan a usar cotidianamente. En la actualidad, esto se ha visto evidenciado muchísimo más que en años anteriores; ya que, gracias a la era globalizada en la que vivimos donde la tecnología y el internet conectan a personas de todas las partes del mundo, el idioma se ha ampliado de manera exponencial; de manera que, palabras que antes eran propias de una región en específico, ahora se escuchan en conversaciones diarias de personas residentes en países de habla hispana.
En este proceso de intercambio, los extranjerismos han desempeñado un papel significativo, enriqueciendo el idioma y dotándolo de términos y conceptos antes inexistentes. Por ende, no deberían ser vistos como elementos negativos en la estructura lingüística; por el contrario, constituyen una manifestación de la dinámica evolutiva del idioma, reflejando la capacidad de adaptación. Sin embargo, su integración en el español no debe ser un proceso inconsciente, sino que es importante que se realice de manera que se satisfagan nuestras nuevas necesidades de expresión y que se ajusten a la estructura y forma del español de manera ordenada y coherente.
Para ofrecer soluciones que cumplan esto, el Diccionario de la Real Academia Española examina un conjunto amplio de palabras extranjeras que son comúnmente usadas por personas que hablan español; asimismo, la RAE nos ofrece ciertas normas necesarias para la escritura y uso de estos extranjerismos comúnmente escuchados.
Extranjerismos crudos o no adaptados:
Los extranjerismos crudos o no adaptados son palabras tomadas de otros idiomas que no han sido modificadas para ajustarse a las reglas gramaticales, ortográficas o fonéticas del español. Es decir, mantienen su forma y pronunciación originales, sin adaptarse al español. Palabras como marketing, software, email, show, laptop, entre otras, son consideradas extranjerismos crudos.
Este tipo de palabras siempre deben escribirse preferiblemente en cursiva o, también entre comillas; ya que, deben destacarse de alguna manera para indicar que son palabras de origen extranjero.
Además, los dichos o frases originarios de otros idiomas que se usen en textos en español también deben distinguirse, ya sea con cursiva o entre comillas. Esto permite demostrar que son expresiones extranjeras integradas en nuestro idioma.
Ejemplos de frases usando extranjerismos crudos:
– Me gusta ir a practicar ballet todas las tardes.
– El software no está funcionando en este momento.
– El shampoo que me compré hace poco me sirvió mucho.
– Ahora las calles están llenas de graffitis.
– El yogurt de esa marca es mi favorito.
Extranjerismos adaptados:
Los extranjerismos adaptados son palabras tomadas de otros idiomas que han sido modificadas para ajustarse a las reglas gramaticales, ortográficas o fonéticas del español. Estas palabras han sido integradas al idioma de manera que sean comprensibles y se adapten al sistema lingüístico de la lengua española.
Usualmente, al adaptar extranjerismos al español, se cambia su escritura para que se ajuste a la pronunciación que tienen en nuestro idioma. Es decir, se trata de hacer que suenen como en su lengua original, pero siguiendo las reglas ortográficas del español. En este proceso, se eliminan letras o sonidos que no existen en español y se aplican las reglas de acentuación (tildes) de nuestra lengua.
Además, algunos estos extranjerismos se modifican muy levemente, pareciéndose mucho a su forma original; pero, de igual forma, las personas hispanohablantes las comienzan a pronunciar tal cual como se leen en español.
Por ejemplo, para adaptar la palabra baffle, solo fue eliminada una /f/, quedando así: bafle; a pesar de que su escritura se asemeja mucho a la original, las personas, mayoritariamente, la pronuncian tal como se lee literalmente, en vez de leerla con su pronunciación base [báfel].
Otras palabras extranjeras no presentan razones para modificarlas de algún modo para ser adaptadas. Por ende, se integran a nuestro idioma manteniendo la misma escritura que en su idioma original. Por ejemplo, palabras como box, kit o set, tomadas del inglés, se dejaron escritas en su forma original y se pronuncian en español tal como se escriben: [bóks], [kít] y [sét].
Ejemplos de extranjerismos adaptados:

By-pass > baipás

Blue jeans > bluyín

Cappuccino > capuchino

Scooter > escúter

Spaghetti > espagueti

Pedigree > pedigrí

Shampoo > champú, champús

Yogurt > yogur

Pedigree > pedigrí
Es importante recordar que, cuando queramos escribir alguno de estos u otro extranjerismo en su forma adaptada al español no es necesario hacerlo en cursiva o ponerlo entre comillas; puesto que, ya “hace parte” del idioma. Sin embargo, si vamos a escribir su forma original no adaptada, sí debemos hacerlo en cursiva o entre comillas para distinguirlo.
Además, también es relevante notar que la adaptación de palabras extranjeras puede variar en diferentes regiones hispanohablantes. En algunos lugares, las personas tienden a preferir usar los extranjerismos sin adaptar, conservando tanto la escritura como la pronunciación original. Por otro lado, en otras zonas, no hay ningún tipo de resistencia para adaptar estas palabras al español y se tiende a ajustar estas mismas al sistema de la lengua española.
Por ejemplo, hay extranjerismos que están completamente adaptados en España, pero se utilizan sin adaptar en el español de América. Un caso ilustrativo es la palabra iceberg, que en España se pronuncia como se escribe en español ([izebérg]; mientras que en América Latina se mantiene la pronunciación original del inglés [áisberg].
Otra palabra que ejemplifica esta dualidad es beige, de origen francés, que se usa como extranjerismo sin adaptar en América Latina, mientras que en España se ha adaptado con la escritura «beis».
Recomendación de la Real Academia Española para el uso de extranjerismos crudos:
Hay extranjerismos que es innecesario usarlos, estos son los términos para los cuales hay palabras en español que se usan comúnmente y que expresan el mismo significado que aquel extranjerismo. Teniendo en cuenta que sí disponemos de términos que nos permiten expresar el mismo significado de una palabra extranjera, se desaprueba el uso de esta y se pone por encima la palabra propia del idioma español.
Por ejemplo: en lugar de abstract, se puede usar «resumen» o «extracto»; en lugar de back-up, se puede usar «copia de seguridad»; en lugar de consulting, se pueden usar «consultora» o «consultoría».
En conclusión, si bien los extranjerismos pueden aportar variedad y riqueza al idioma español, su incorporación debe realizarse de manera consciente y reflexiva, considerando siempre las alternativas disponibles en español y respetando las normas ortográficas y fonéticas del idioma. De esta manera, se garantiza la integridad y la vitalidad del español como lengua en constante evolución.
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